Lo que Nueva York me ha enseñado
Les escribo esta carta desde la comodidad de mi cama. Es un Domingo tranquilo, sin roomies en mi depa. Un momento muy “mío”, como le decimos aquí, en la gran manzana.
Con una semana intensa en el trabajo y este feeling de sentirme abrumada estos últimos días, disfrutar de estos espacios libres de caos y silencio es un lujo. De esos que los dólares no pueden comprar.
Ha habido algunos cambios en mi vida desde el verano. Todos claro para bien, aunque a veces me cueste verlo así al momento. Sin embargo, todos me han enseñado algo. Y es justo lo que les quiero platicar en esta carta.
Sé que muchos de ustedes se preguntan ¿cómo es la vida en Nueva York? Si realmente Gossip Girl es una realidad (hahaha créanme que muchos me preguntan si mi vida es así) y aunque los upper east sidders me caen bien, podría definir mi estilo de vida como “real”
Es hasta ahora, después de 4 años y algo (sorry friends, no llevo la cuenta exacta hahaha) que he comprendido que Nueva York se ha convertido en mi mejor maestro, en todos los aspectos.
Aquí no sólo aprendí a ser independiente, tanto financiera como mentalmente. También entendí la importancia de los valores (aunque suene como mamá) y sobre todo DE CREER EN MI.
He aprendido que la humildad, el respeto y una sonrisa, son las mejores cartas de presentación. Que los amigos aquí se definen no por la nacionalidad o el idioma, si no por las noches de tacos, los abrazos después de un día largo y los ánimos en medio del subway en momentos de debilidad.
Aprendí también a distancia. Entendí que mi familia es aquella que nunca me hace sentir sola, a pesar de estar a kilómetros de distancia y que viviendo lejos también puedo ayudar a mi país siendo ejemplo y bandera aquí en Nueva York. Que neta, ES DE MEXICANOS ayudarnos entre nosotros, por mucho o poco que conozcamos al que se beneficiará.
Aprendí que hay que tener pasión por lo que haces, coraje para perseguir ese sueño y MUCHO MÁS IMPORTANTE: creértela. Yo siempre he dicho que el hecho de vivir en esta ciudad ya nos hace chingones, pero si no creemos en nosotros mismos, todo el esfuerzo sirve de nada. Habrá muchos personajes que te dirán “ahorita no”, así como también habrá el doble de personas que te dirán “te estábamos esperando”.
Nueva York me enseñó que hay una gran diferencia entre religión y espiritualidad. Entre fé y fanatismo. Y que creer, se trata también de dejar en manos de otros.
Entendí que “I love you” y “Te amo” no es lo mismo, pero que en Nueva York, puedes amar no sólo personas, si no también tu trabajo, la comida exótica que puedes encontrar, los lugares y sus vistas, las diversas culturas, las estaciones del año y sus respectivos climas, el silencio y el caos, la música del metro…. la vida.
Esta carta la titulé, “lo que Nueva York me ha enseñado” por qué en este rush citadino, el aprendizaje es constante. A veces esta “concrete jungle” como la llama Alicia Keys, te da chance de aprender a tus tiempos, pero otras, te suelta al ruedo, así de la nada.
Sin embargo hay que confiar en que como me lo dijeron hace poco: “you’re here to shine, there’s no other place for you to be now” (lo dejé en inglés para no perder el feeling new yorkino haha)
Con mucho amor,
- Karen
Mi outfit:
Jumpsuit: Topshop
Heels: Steve Madden
Reloj: Daniel Wellington
Fotos por mi favorito: Christian Zuñiga